mirador

un mirador muy amplio, con vistas fantasticas a gran parte del Infierno. naturalmente, la barandilla esta cubierta de fuego.

salí al mirador. no esperaba encontrar a nadie alli, pues casi nadie bajaba ultimamente al Infierno, pero esta vez habia un angel caido. muy guapo, por cierto. me acerque y lo mire de reojo. apoye mis codos en la barandilla, ignorando la leve quemazon que sentia. total, ya estaba muerta, mis heridas cicatrizaban rapido.
-hola. ¿quien eres tu?

*Me giré al notar que alguien me dirigia la palabra*
-Me llamaron Damîen, asi que me llamo así. ¿Quien eres tu?

-soy Morgan Casanova. aunque me puedes llamar Morgan, es mas corto.
mire al horizonte. extendi la mano hacia afuera y materialice una de mis bolas de rayos negros del tamaño de mi mano. juguetee con ella, apagando sin querer algunas de las llamas de la barandilla.
-¿que haces aqui? esto no suele estar muy transitado.

-Queria preguntarle lo mismo. Supongo que allá arriba no les gusto. Y usted?

-Me aburría y decidí bajar aquí. El Infierno es el único lugar en el que nadie pregunta por tus alas.
"Las pocas veces que las ven, y lo consiguen contar, claro" pensé con malicia. Me giré, observando atentamente a Damîan. Reparé entonces en su guadaña.
-Bonita guadaña. ¿Tiene algun poder?

*ladeo la cabeza, eso son ya preguntas personales*
-No lo se *igual he sido demasiado cortante*

"Algo brusco, el chico este"
-Pues entonces supongo que no.
me giré de nuevo hacia el horizonte. la vista era increible, pero tras haberla visto durante 120 años se hacia un poco monotona, todo el paisaje lleno de fuego. una vez mas, me pregunté donde demonios estaría la vieja Cirnell.
-oye, conozco a una amiga que se llama Cirnell. por casualidad ¿has oido algo de ella?