paseo entre las tumbas con las alas extendidas. localizo la que me interesa enseguida: la mia propia. es increible, despues de tantos años y sigue igual... el cuenco donde arde una llama magica, la inscripcion gravada en la piedra con mi nombre, mi fecha de nacimiento y mi defuncion, y unas cuantas flores resecas al pie de la lapida. sonrio levemente al verlas. algun estudiante simpatico, sin duda. de repente, oigo un crujido de ramas. alguien me esta observando. sin girarme y sin replegar las alas, pregunto en voz alta:
-¿quien va?